Resulta del todo habitual que cada cierto tiempo haya que llevar a cabo una rehabilitación de fachadas en Valencia. Se trata de una necesidad que debe satisfacerse periódicamente en la inmensa mayoría de los inmuebles, ya que aspectos como el paso del tiempo o la climatología pueden llegar a afectar a algunas estructuras, creando todo tipo de desperfectos.

rehabilitación de fachadas en ValenciaSe estima que cada 25 o 30 años se deben realizar trabajos de rehabilitación de fachadas, independientemente que estos sean parciales o totales. En la actualidad, tenemos a nuestro alcance diferentes opciones de afrontar estas operaciones, cada una de ellas con sus características propias, sus ventajas y también alguna que otra desventaja.

El primer sistema (y uno de los más antiguos) es el llamado enfoscado de cemento. Se trata de una opción realmente dura y resistente. Se trata de la fórmula más utilizada por los profesionales de la rehabilitación de fachadas en Valencia, gracias, entre otras cosas, a su bajo coste.

Aunque como ya hemos mencionado tiene las ventajas de su precio, su dureza y su resistencia, también es verdad que, en ocasiones, resulta excesivamente rígido, pudiendo agrietarse con cierta facilidad. Además, es muy habitual que se tengan que llevar operaciones posteriores de pintado, para tapar su aspecto final poco o nada estético.

Una variante del tipo anterior es lo que se conoce como enfoscado monocapa, consistente en la aplicación de un mortero predosificado que se proyecta sobre las paredes en una capa de alrededor de 15 milímetros de espesor. En esta ocasión, no siempre es necesario pintar posteriormente, ya que se pueden conseguir diferentes tonalidades en los acabados y texturas.

Entre sus principales ventajas, se encuentran unas buenas propiedades impermeables y transpirables, aunque no consigue mejorar de ninguna manera el aislamiento térmico y acústico del edificio.

Dentro de las opciones de rehabilitación de frentes de edificio en Valencia que mejoren el aislamiento térmico nos encontramos con lo que se conoce como Sistema SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior). Básicamente consistirá en la instalación en la cara externa de la fachada de unas planchas de aislamiento térmico que se adhieren al muro y evitan la corrosión.

En último lugar, nos encontramos con la opción de la fachada ventilada, un tipo de cerramiento exterior compuesto por una hoja interior, una capa aislante y una hora exterior no estanca. Se trata de la fórmula más duradera y de mayor nivel, ya que ofrece unos resultados excelentes en lo que se refiere al aislamiento, tanto de carácter térmico como acústico.

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