La utilización de todo tipo de uniformes sanitarios y ropa quirúrgica es fundamental y obligatoria en hospitales y salas de operaciones. Los motivos son fundamentalmente higiénicos y de prevención, no en vano, las intervenciones son un momento crítico por el riesgo de infección de microorganismos en la llamada barrera cutánea.
La ropa que se utiliza en los quirófanos ayuda a disminuir la transmisión de todo tipo de microorganismos y bacterias, ya provengan del equipo quirúrgico o también del propio paciente hasta la herida que se encuentre abierta en ese momento.
De esta forma, los uniformes sanitarios, las batas o los paños quirúrgicos formarán una especie de campo estéril alrededor de la herida para evitar cualquier tipo de contaminación o riesgo de infección quirúrgica.
El único objetivo de la vestimenta que se debe utilizar en los quirófanos, tanto por el personal sanitario como por el paciente, es crear una barrera efectiva que proteja de las bacterias que puedan encontrarse en la piel, el cabello u otras áreas del paciente. Para ello, esta ropa ha de reunir diferentes características, como por ejemplo ser totalmente impermeable a la humedad.
Una de las prendas más importantes es la conocida como bata quirúrgica. Como el resto de la vestimenta ha de ser totalmente impermeable, sobre todo en la región frontal y en las mangas. También ha de ser completamente estéril en la parte delantera, en la región que comprende desde la cintura hasta el nivel de los hombros, así como las mangas hasta los codos.
La bata también deberá disponer de un peto que pueda permitir la colocación en su interior de las manos. Además, sus puños suelen estar fabricados en poliéster, un material que no es resistente a los fluidos. Por eso, esta zona ha de ser cubierta totalmente por el guante.
Otras partes de los uniformes quirúrgicos son las polainas, cubrebocas o guantes. Los primeros han de cubrir por completo el calzado de toda persona que entre en un quirófano. Esta prenda ha de ser colocada en último lugar y siempre inmediatamente antes de entrar dentro de la sala de operaciones.
Los cubrebocas, por su parte, se utilizarán como un filtro contra las bacterias. Han de ser desechables y cubrir tanto la nariz como la boca del personal. En el caso de que algún fluido, como por ejemplo la sangre, tocase la máscara, hemos de sustituirla de forma inmediata.
En último lugar, los guantes han de ser estériles para poder manipular cualquier elemento y herramienta sin que se produzca contaminación.