La batería de los smartphones es uno de los grandes caballos de batalla de estos aparatos. Ni siquiera los potentes móviles chinos baratos han podido ofrecer una duración que se acerque a la que daban los primeros dispositivos, que podían pasarse varios días sin necesidad de ser cargados.
¿Hay que estar por tanto resignado a que el teléfono se apague todos los días? ¿O preocuparse de coger el cargador antes de salir de casa por si se tuviera una emergencia? No. Hay ciertas pautas que se pueden seguir y que aseguran que la batería dure más tiempo.
Da igual que se tenga móviles chinos baratos, un Samsung o un iPhone: hay que actualizar las aplicaciones y el sistema operativo. Con cada nueva versión, los fabricantes suelen introducir mejoras de rendimiento y de consumo de batería. Por lo tanto, para poder disfrutar de más independencia, tendremos que estar a la última.
Una de las principales ventajas de los smartphones es, a la vez, uno de los mayores enemigos de la batería: las aplicaciones en segundo plano. Son realmente útiles para poder trabajar de una forma rápida y ágil. Sin embargo, si no se cierran cuando se dejan de utilizar, seguirán funcionando y recortando la vida útil de la carga de energía.
El brillo de pantalla es otro punto en el que se puede conseguir efectos positivos para la batería. Cuanto mayor sea, más energía consumirá el dispositivo. Lo mejor es tenerlo a un nivel bajo por defecto, subiéndolo únicamente cuando sea realmente necesario, por ejemplo, cuando el sol incida directamente sobre el teléfono.
En la línea de lo anterior, también habrá que vigilar que el teléfono entre en modo reposo cuanto antes. Si la pantalla tarda demasiado tiempo en apagarse, estará consumiendo batería en momentos en los que ni siquiera esté dando un servicio. De hecho, se estima que un usuario puede llegar a bloquear y desbloquear hasta 150 veces al día su smartphone, por lo que parece que merece la pena cuidar este aspecto.
Actualmente, todos los móviles chinos económicos, el iPhone, Samsung u otras marcas dan la opción de desactivar todas las conexiones inalámbricas rápidamente. Así, si no se va a usar el wi-fi, será mejor apagarlo. Lo mismo que el GPS o el bluetooth.
De hecho, si se entrase en una zona de poca o nula cobertura, lo más adecuado para cuidar la batería del teléfono será activar el “modo avión”. La razón es sencilla: el terminal tratará de encontrar una mejor señal, realizando rastreos continuos, lo que consume la carga de energía de forma muy rápida.