La amenaza de las chinches de la cama continúa tan vigente como siempre o incluso más aún. Pese a los avanzados métodos de control existentes actualmente, este parásito sigue dando quebraderos de cabeza a personas en todo el mundo y en especial en grandes ciudades. Ello se debe a que las chinches suman a su alta resistencia y capacidad reproductiva una gran habilidad para propagarse, lo cual propicia una especial incidencia de su presencia en las zonas con mayor tránsito de viajeros y mercancías. De hecho, el incremento del transporte internacional es habitualmente citado como una de las causas que han llevado a un resurgimiento de las plagas de chinches, que ya constituyen una de las tareas más habituales para las empresas dedicadas a la eliminación de plagas.
Así es como las cimex lectularius, nombre científico de este parásito de la cama tan aficionado a la sangre, continúan protagonizando episodios de infestación que también han llegado a la capital de España. Por ejemplo, en 2014 se denunciaba su aparición en gran número en el madrileño barrio de Lavapiés, en lo que fue definido como un problema de salud pública. Por eso no debería extrañarse si sufre molestias corporales o detecta otros indicios que remitan a la presencia de chinches en su vivienda. Este problema puede darse independientemente de las condiciones de higiene del inmueble.
Si cree que está padeciendo la invasión de este tipo de insectos, puede dirigir su atención a aspectos como las marcas en la cama o el olor dulce que emiten los insectos a fin de constatarlo. En cualquier caso, para poder garantizar su tranquilidad, merece la pena dirigirse a profesionales del control de plagas de chinches que pueda efectuar un diagnóstico preciso y desarrollar con destreza un plan de actuación de acuerdo con las condiciones detectadas. Es recomendable actuar cuanto antes para evitar dificultades mayores.
Las firmas más destacadas en el ámbito de la eliminación de chinches invierten sus esfuerzos en buscar los métodos más eficaces para enfrentarse a la plaga hematófaga, de manera que puedan ofrecerle las mayores garantías de erradicación. En el caso de Killer Mouse, una empresa de control de plagas con Madrid como ámbito de actuación, los técnicos especializados combinan seis métodos de actuación e intervienen en dos oleadas con unas dos semanas de por medio, con el objetivo de erradicar las larvas una vez que los huevos hagan eclosión.